viernes, 17 de junio de 2011

Los ansiolíticos y yo

Últimamente llevo unas semanas en que me despierto con sobresalto y ansiedad, y no hago más que acurrucarme en la cama y mover la pierna, contando 1, 2, 3,  1, 2, 3... repititivamente. Normalmente me tomo el diazepan de rigor y 1 hora aproximadamente de sueño sin sufrir, pero cuando me despierto, sigue la agonía, no he adelantado nada.

Esto me pasa normalmente cuando tengo problemas (un problema para mí, puede ser un granito de arena), cosas en mi cabeza a las que no paro de darle vueltas, y supongo que por la noche el cerebro no deja de trabajar y me despierto ya nerviosa, y los ansiolíticos ayudan pero no son la panacea porque no resuelven el problema, aunque reconozco que cuando estoy tan ansiosa, sufriendo tanto que no puedo soportarlo, el ansiolítico me ayuda a mitigar el sufrimiento.

Hay momentos en que es de gran ayuda la toma de ansiolíticos, sin el diazepan que me dan cuando me da un ataque de ansiedad, yo no sé qué haría, pero creo que no todo debe pararse ahí, sino que tenemos que trabajar para controlar nosotros mismos la ansiedad, y en ello tiene mucho que ver como dice la psicóloga y coordinadora de la residencia CEEM, la forma en que nos hablamos a nosotros mismos.

Debemos aprender a controlar nuestra forma de pensar, los mensajes que lanzamos a nuestro cerebro, porque ello supondrá que nos pongamos más ansiosos o nos tranquilicemos, es algo muy importante porque así podremos usar la medicación solamente en casos extremos, ya que soy de las personas que opinan que tampoco es bueno abusar de la medicación porque el cuerpo se va acostumbrando a ella y cada vez necesita más y más dósis, y si con el pensamiento podemos controlar la ansiedad en este caso, ¿para qué abusar de substancias externas a nuestro organismo? Aunque como digo, hay ocasiones en que no se puede prescindir de ellas porque no vamos a sufrir por sufrir ¿no? digo yo.

Ojalá pudiéramos alcanzar todos la paz interior que transmiste esta fotografía¡¡¡

jueves, 9 de junio de 2011

Cosas de la autonomía y no atreverme a salir del armario todavía

El domingo pasado me invitó mi cuñada a su casa en Valencia para celebrar su cumpleaños y decidí ir. Resulta que mi hermano se comprometía a traerme de vuelta a las 20.00 hrs. a cenar si yo iba sola desde la residencia CEEM hasta Valencia, a unos 50 kilómetros, y solamente porque no había combinación de vuelta, para que fomentara mi autonomía. Así que, me tuve que hacer el ánimo y madrugar para estar en la parada del autobús 1 hora antes porque los domingos solamente pasa uno por la mañana y va a la playa a Cullera, la parada se llena, se pide turno y encima viene lleno de gente, y cuando se llena, debes esperar a que pongan otro detrás, y no quería perder el tren en Cullera.

Resulta que el autobús tenía que pasar a las 10.45 hrs.pero no llegó hasta las 11.00 hrs.y todo para que el conductor me dijera que va a Cullera pero que aunque la primera parada que tiene es la estación de la RENFE (donde yo iba), iba a ir primero a todas las paradas de la playa porque toda la gente del autobús iba alli, y solamente otro chico y yo íbamos a la RENFE. Le dije que iba a perder el tren, me preguntó que a qué hora pasaba y le dije que a las 11.17 hrs. Me suelta "sin problemas" y a la marcha.

Pues después del recorrido turístico por toda Cullera, llego por fin a la RENFE, todo para que mientras estoy sacando el billete del tren en la maquinita de rigor, el chico que ha bajado del autobús conmigo que es sudamericano y no se aclara, me pida ayuda, a mí a pesar de ir con el tiempo justo, me sabe mal y le ayudo a sacar su billete en la dichosa maquinita. Todo ello, para que al salir al andén le viéramos los dos el culo al tren ¡acababa de pasar justamente en ese momento! Y para más inri, los domingos en vez de cada media hora, el tren a Valencia pasa cada hora, así que ¡una hora de reloj esperando el próximo tren! Cogí un cabreo de tres pares de narices con el dichoso conductor del autobús..., hasta al día siguiente llamé a la central para ver si lo que había hecho era normal, y claro, ¡qué me van a decir!, pues que sí.

Cuando finalmente llego a Valencia, tengo que coger el autobús urbano, que como es domingo, también tarda mucho en pasar, para llegar a casa de mi hermano y de mi cuñada a las 13.45 hrs.¡justo 4 horas después de salir de la residencia CEEM a las 9.45 hrs.!

Al comentar a mi hermano, a mi cuñada, a su hermano y su mujer, y a los amigos de mi cuñada que había tardado 4 horas en llegar, encima cachondeo (sin mala intención) y me sueltan que si he ido andando.

Toma autonomía. Si pasé casi más tiempo de viaje que en casa de mi hermano y mi cuñada¡¡¡

Bueno, el cumpleaños muy bien, y vi a mis dos "pelaillas" de sobrinetes que tengo que hacía tiempo que no los veía, aunque ellos a lo suyo, con la Nintendo y esas "cosas".

Lo que pasó es que a colación de decir que había llegado desde un pueblo de al lado de Cullera, los amigos de mi cuñada me preguntaron "¿Y cómo es que vives alli?", y yo me quedo pensando...ahora digo que estoy en una residencia "psiquiátrica" porque tengo una enfermedad "mental" y que se trata de un "trastorno obsesivo compulsivo", y prepárate a contestar "¿Y eso qué es?"....como que no me salió salir del armario, me quedé paralizada y traté de desviar la conversación. Luego me dió rabia de no haber sido capaz de ser valiente y haber salido del armario con gente que por lo menos ni me conoce¡¡¡ Si lo tenía a punto de caramelo¡¡¡ Me arrepentí, pero por lo menos me sirve para tenerlo en cuenta la próxima ocasión, a ver si le echo más valor al asunto y lo consigo.

Saludos.