miércoles, 26 de octubre de 2011

Intentando salir del armario

Excepto mi familia, amigos y vecinos más cercanos, nadie sabe que estoy ingresada en una residencia, por el tan temido qué dirán y por ser el TOC una enfermedad tan desconocida, como todas la enfermedades mentales, y por el miedo a que te señalen con el dedo diciendo "por ahí va la loca ésa".

Así que tanto que defiendo que debemos dar a conocer nuestra enfermedad y defenderla para que la sociedad no nos margine, yo soy la primera que la escondo.

Por eso mismo, he decidido darla a conocer. Por lo menos un primer paso.

Resulta que una de mis mejores amigas de la adolescencia del pueblo de mis padres me llamaba al móvil al principio de desaparecer del mapa (de eso hace ya 4 años) para saber qué había sido de mí y por qué no iba por el pueblo.

A mí, lo primero que se me ocurrió fue mentirle diciéndole que estaba en casa de una tía mía en otra provincia pasando una temporada, por miedo a lo que pudiera pensar de mí, y a que lo contara en el pueblo, pero los años pasaban y yo ya no tenía una justificación convincente, así que decidí no cogerle el teléfono porque no sabía qué decirle y tampoco quería mentirle.

Que ella me aprecia es cierto porque siguió insistiendo en llamarme mucho tiempo aunque yo no descolgaba el móvil. Incluso me mándaba SMS felicitándome las Navidades y Año Nuevo.

Pero hete aquí, que el destino me la puso exactamente el día 4 de Octubre de nuevo en mi camino.

Fuí ese día a la ciudad a la terapia con mi psicóloga privada, y al salir de la estación del tren, me la encuentro de sopetón. Me quedé pasmada, ella se dirigió a mí, nos besamos, y yo sólo supe contarle la misma cantinela de que vivía fuera de aquí en casa de mi tía y que había venido a cosas de papeleos, pero ella me lanzó el guante, diciéndome "cuando vengas por el pueblo, no te van a quedar amigas".

Nos despedimos aprisa pues ella perdía la cola de la taquilla, y yo me quedé dándole vueltas a la cabeza y me dí cuenta de que estaba perdiendo a una de mis mejores amigas.

Así que ni corta ni perezosa, la llamé al día siguiente con la intención de quedar con ella y explicarle mi verdadera situación. Me da reparo porque en los pueblos todo el mundo se entera de todo, y la gente no está preparada para entender una enfermedad mental. Espero no acabar siendo "la loca del pueblo", pero voy a correr ese riesgo, porque padecer un TOC no significa que tenga que esconderme, yo no he hecho nada malo, y no va a impedir que yo conserve a mis amistades. Y si es amiga de verdad como yo lo pienso, me entenderá.

De momento no hemos podido quedar porque trabaja y las dos hemos de desplazarnos a la ciudad, pero tengo unas ganas locas (valga la expresión) de vomitar todo lo que guardo dentro...que no veaís.

Va a ser toda una liberación para mí y estoy deseando el encuentro.

Ya os contaré cómo me ha ido cuando la vea, que a este paso no creo que sea demasiado pronto, pero todo llegará. Por lo menos ya he dado el primer paso y me encuentro FELIZ.

Besos. Alice.

Retomando el blog

Hace mucho tiempo que no escribía en mi blog porque en la residencia de momento no tenemos internet, aunque se está tratando de solucionar, pero ayer estuve en la ciudad y entré en un locutorio, y mira tú por dónde, tenía un comentario que me abrumó.

Una persona que ha entrado en mi blog por casualidad, a la que le han diagnosticado TOC hace 2 meses pero dice padecerlo desde hace mucho tiempo, dice que es lo más parecido a un abismo y que no sabe si podrá algún día poder hablar de él en pasado y reirse de estos momentos, y me dejó sin palabras cuando leí que podía estar horas leyéndome sin cansarse y que me admiraba¡¡¡

Eso ha hecho que hoy me decida a venir a la biblioteca del pueblo adonde vienen mis compañeros todos los miércoles donde hay internet, a intentar retomar el blog que se quedó paralizado hace ya meses cuando por fuerza mayor nos quedamos sin acceso a internet en la residencia, y eso te lo debo a ti "Anónimo", gracias por volver a motivarme, creo que me has ayudado más tú a mí que yo a ti. De nuevo, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

Lo que ocurre es que yo necesito mucho silencio para concentrarme en escribir, y aquí los compis no paran de poner música en los ordenadores, y solo disponemos de 1 hora escasa, pero trataré de hacerlo lo mejor que pueda.

En primer lugar, decir que no me siento merecedora de admiración, yo humíldemente cuento mi realidad dirigida a personas que están pasando por mi misma enfermedad y se sientan identificadas con lo que escribo, por un lado para que vean que no están solas en el universo ni que son bicho raros, sino que el TOC es una enfermedad más frecuente de lo que pueda parecer, y por otro lado, bienvenido sea si puedo ayudarles a sacar algo en positivo de mis reflexiones y experiencias que les ayude a salir de ese abismo del que habla "Anónimo".

Por otro lado, escribo para que las personas que no padecen, ni siquiera saben lo que es un TOC, tomen conciencia de esta enfermedad, nos comprendan un poco mejor y que no nos tomen por "bichos raros". En fín, que la sociedad nos acepte como personas normales con una enfermedad como cualquier otra.

Y en tercer lugar, escribo porque a pesar de padecer TOC desde hace muchísimos años, NUNCA he tirado la toalla de poder recuperarme. NUNCA. Y mirad que lo he pasado, y lo sigo pasando mal, pero tengo la firme convicción de que con la ayuda de los profesionales adecuados y poniendo MUCHO, pero que MUCHO de mi parte, a pesar de que soy consciente de que el TOC es crónico, pues a pesar de eso, creo fírmemente en la posibilidad de poder llevar una vida lo más normalizada posible, pues también soy consciente de que en la calle hay mucha gente con TOC, que lo han podido estabilizar y llevan una vida normal y corriente. ¿Por qué yo habría de ser menos? Por eso lucho día a día (aunque hay que admitir que unos más que otros, dependiendo del estado de ánimo) por conseguirlo, si no, ya haría muchos años que lo hubiera dado todo por perdido y no estaría haciendo los esfuerzos que hago día a día como ya he dicho. Dicen que Roma no se conquistó en un día.

Lo que está claro es que nosotros mismos tenemos que poner todo y más de nuestra parte, aparte de la ayuda psiquiátrica y psicólogica, para vencer al MONSTRUO como yo lo llamo. En última instancia, TODO DEPENDE DE NOSOTROS MISMOS. ¡Así que, manos a la obra! Ánimo muchach@s.

NOS DEBEMOS LA OPORTUNIDAD A NOSOTROS MISMOS DE SER FELICES.

Besos. Alice.