martes, 6 de noviembre de 2012

Y dale con los pensamientos intrusivos

Desde ayer se me ha metido una idea en la cabeza de la que no puedo (o no quiero) liberarme, peleo con ella pero me vuelve a venir a la mente una vez y otra, así que he decidido, como yo digo, ocuparme y no preocuparme y ponerme a hacer algo como escribir en el blog y que la idea no me persiga.

La idea en sí es que la empresa de cocina de la residencia regaló el día 9 de Octubre como es costumbre aquí, un pañuelo de cuello para las señoras, y yo estaba acostada cuando los repartieron en la merienda porque me encontraba mal, y me tocó uno de color negro que no me gusta, hay de todos los colores pero a mí me gusta uno que regalaron de color gris ¡es ideal para mi ropa! Y ahí tengo el capricho, no hago más que pensar si le puedo cambiar el mío a alguien que tenga uno gris y no encuentro a quién, veo a las chicas con los pañuelos puestos y me da envidia.

La psicóloga de la resi me ha dicho que yo misma me cierre la puerta a la alternativa de cambiarlo porque sino no dejaré de atormentarme, además de que me dice que no me lo van a cambiar porque sería obedecer la compulsión de la obsesión, que piense que es un regalo y como tal, te puede gustar o no, y que si no me gusta, me compre cuando pueda uno a mi gusto, que tampoco valen tanto, y deje la obsesión de una vez.

Pero yo venga y dale con la idea de que alguien me lo cambie cuando veo alguna chica que lo lleva puesto.

¿Soy yo la que no quiere abandonar la obsesión? Lo que está claro es que me resulta muy difícil, como cualquier obsesión. ¡Hay que ver con los pensamientos intrusivos lo que atormentan! Supongo que vosotros lo sabéis tan bien o mejor que yo.

Bueno, pues a ocuparme en algo que me distraiga la mente de la maldita obsesión.

Besos. Alice.

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